martes, 27 de marzo de 2012

Segunda parte - Jack Steel


Jack a penas se inmuto. Se bajo la capucha para luego pasarse la mano por la mata de pelo oscuro, luego sujeto el cigarrillo, entre el meñique y el anular. Dio otra calada y clavo la vista en su interlocutor; de estatura media y de pelo de un inusual color blanco que resplandecía bajo una luna casi inexistente. Sus rasgos eran totalmente opuestos al singular color de su pelo; era joven y mucho, puede que unos diecisiete años. Su belleza era etérea, como la neblina. Su rostro cincelado como una escultura. Piel porcelana y ojos tan azules que parecían desaparecer en su esclerótica. Parecían cada vez más joven, pensó Jack. Aunque aquel, ya lo había visto en otra ocasión, aunque no lo recordara con exactitud. Le pareció una broma cruel la apariencia del chico, porque, al fin y al cabo no era ningún ángel. Jack levanto ligeramente el mentón y la oscuridad de sus ojos se clavo en las del chico.
-          ¿Estás solo? -fue la seca pregunta de Jack antes de dar otra calada. El sabor mentolado del tabaco le inundo la boca. El chico sonrió y movió la cabeza negativamente. – me lo imaginaba. –concluyo.
-          Cuanto tiempo sin verte, Jack Steel –retumbo una voz autoritaria a su espalda - pensé que habías muerto. 
   Cuando Jack se giro sobre sus talones, no le sorprendió en absoluto ver la distinguida figura de Raven a unos pasos de él. Jack aparto la cara aunque sin brusquedad, para dirigir nuevamente su mirada hasta el balcón, y calculo mentalmente cuanto tiempo tardaría en llegar hasta aquella altura. Puede que unos veinte segundos, aunque… – esta vez no Steel. Esta vez no mataras a nadie. –amenazo Raven ahora con voz más profunda. Jack se volvió nuevamente hasta Raven, y su rosto como siempre no tradujo sus pensamientos.

A Jack Steel le pareció gracioso que Reven tuviese tanta seguridad en sus palabras, ya que, al fin y al cabo, lo había hecho infinidades de veces.
Tiro la colilla al suelo, y el chico de pelo plateado dio unos pequeños pasos hacia atrás. Ahora lo recordaba, fue hace seis meses, cuando buscaba a un banquero en Kuala Lumpur, y estuvo a punto de no terminar con el trabajo por culpa de aquel chico y su aquelarre. Nelka, así lo llamo uno de los otros, antes de que Jack le atravesase el pecho con su Estilete, y antes de sacar el arma manchada de sangre del cuerpo inerte del muchacho, Nelka ya había desaparecido.
Al recordar aquella pelea Jack sonrió, y como siempre su colmillo izquierdo que era inusualmente más largo que el derecho, sobresalió en su sonrisa, haciéndola aberrante y extraña.

 El pelo blanco de Nelka se agito por el gélido viento que empezó a embravecerse, los sonidos de la noche escapaban hacia la oscuridad y el  porte regio de Nelka empezó a desinflarse. Jack pudo ver la mirada huidiza del chico. Estaba asustado, y como no, sería algo estúpido no estarlo, pensó Jack. No iba a permitir que se interpusieran en su camino. Había buscado a aquella chica durante semanas hasta dar con ella, y estaba más que seguro de que aquella noche llegaría su hora.

El movimiento de su mano al sacar el estilete fue tan fugaz, que ni siquiera las fuerzas sobrenaturales de Nelka pudieron percibirlo. Cuando cayó encima del muchacho el estilete se hundió en el hombro rasgando la carne y rozando los huesos hasta atravesarlo de lado a lado.

El rostro de Nelka se desfiguro hasta mostrar una máscara de terror. Jack se le quedo mirando con fiereza y sonrisa maniaca, pero antes de poder sacar el arma del cuerpo del chico, Jack sintió unas manos salvajes que le sujetaron por la espalda y le hicieron levitar casi un metro del suelo, haciendo que el estilete saliera por pura inercia. Reven sujetaba el cuerpo de Jack como un juguete y luego lo lanzo a varios metros de ellos.
Jack cayó aturdido sobre el gélido suelo, gruñendo como un animal rabioso.
Raven se acerco hasta Nelka y le toco el hombro. El joven de belleza etérea y pelo plateado, parecía a punto del colapso mirándose la herida de soslayo. La mano de Raven tapono la herida y de inmediato empezó a emitir una luz blanca y brillante. Pasaron apenas uno segundo cuando Raven quito la mano, y la herida emitía la misma luz deslumbrante de antes, pero ahora dicha luz comenzaba a salir de la profunda laceración, y entonces fue, cuando poco a poco empezó a cerrarse. Nelka aparto la mirada de la ya inexistente herida, para mirar a Raven de manera agradecida pero a la vez asustada. Raven le tendió la mano y el chico ya increíblemente recuperado, se puso de pie con el corazón latiéndole en las sienes.
Jack, ya se había puesto de pie cuando los dos Celestes caminaron en su dirección. Aunque Nelka estaba curado, no parecía muy seguro de sus pisadas, y a cada paso que daba Raven, Nelka se rezagaba uno. Entonces Raven al ver el miedo en el rostro de Nelka, no tuvo más remedio que deshacerse de él. 

-          Márchate –dijo Raven.
Pero Nelka dudo.
Claro que tenía miedo, pero no le gustaba la idea de dejar a Raven solo con Steel. Conocía perfectamente las historias de Jack Steel, y lo acababa de comprobar con horror en su propia carne. El chico negó con la cabeza.
 – ¡He dicho que te marches! -fue la férrea respuesta de Reven a la negación del muchacho.
Nelka no tuvo más remedio que recular y salir corriendo, para luego desaparecer a la luz de las fantasmales farolas y el frio asfalto, como un letal espejismo.
Cuando Raven volvió la vista al frente, Jack lo miraba con descaro.
-          Ese ha sido un buen movimiento, Raven. –dijo Jack, señalando donde minutos antes Reven le había empujado con violencia. Reven se encaro con Steel, y descargo en él, todo el peso de una mirada inquisitiva, luego levanto el mentón y le miro con el mismo descaro que Jack le regalaba.
-          ¿Por qué solo lo has herido? –pregunto Reven entrecerrando los ojos           no es propio de ti. –concluyo.
-          Parece que me estoy ablandando. –contesto Steel, rascándose la cabeza con la punta afilada del estilete.
-          Eso hará que te mantén, Jack –manifestó Raven – o que te mate yo. -amenazo
-          Ya lo estas intentando. –le espeto Steel señalándole con el estilete, a la par que le obsequiaba una sonrisa socarrona que dejó a entrever su extraño colmillo.
Entonces Raven se relajo y fijo su atención en su singular canino.
-          Sabes –dijo señalándose la boca. – esa cosa te la pueden arreglar los humanos.
-          Bueno… ¿ahora eres dentista? –le pregunto Jack con una sonrisa maniaca. Reven sonrió y levanto ambas manos.
-          No. Solo era una sugerencia. –respondió Raven, luego le miro con profunda curiosidad - me habían dicho que estabas muerto.
-          No me digas que estabas preocupado por mí. –gruño.
-          Asombrado mas bien.
-          Qué manía tienes con verme muerto, Reven. –convino Steel en tono gracioso - solo tengo veinticinco años.

5 comentarios:

  1. Wow! Tanto tiempo desconectada de los blogs y me encuentro con esto!

    La verdad es que me está gustando muchísimo. He visto que Judith comentaba lo de las descripciones, pero yo encuentro que están bien. No se me hacen pesadas ni nada, al contrario. De hecho para el inicio de una nueva historia son una ayuda para nosotros (los lectores) para saber con más detalle de qué va la cosa, cómo son los personajes, etc. Si bien es cierto que descripciones en abundancia a lo largo de toda la novela, tiendes a hacerse pesados.

    Pero ahora por el momento, creo que es fantástico así. Sigue!!

    Un besito!

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  2. *tienden a hacerse pesadas.

    Ups, qué mal escribo. Los exámenes me han secado las neuronas.

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  3. Jajajaj!! Me alegro que te haya gustado May!! Mas adelante seguiré subiendo partes de Jack Steel. Por cierto que te parece el titulo?

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  4. La verdad que este capitulo me gusto mas, nos vamos enterando de mas cosas de los personajes.
    Besos

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